miércoles, 28 de septiembre de 2016

418. Aquí sigo, cosiendo palabras

Pasa todo tan rápido que las fechas del almanaque vuelan delante de nuestros ojos sin darnos cuenta. Por suerte sigue estando la fotografía, ese instante que guarda.
Estaba de viaje y como un recordatorio apareció este rincón:

Y para que no me olvidara, días después estas enormes tijeras:


Son nueve años escribiendo o cortando telita, tela en este cajón de sastre, y todo porque, a pesar del vaivén de los blogs, seguís pasando por aquí y vuestros comentarios me animan a seguir. Muchas gracias.

domingo, 18 de septiembre de 2016

417. Impresiones

La palabra “viajar” le despejaba la nariz y los oídos, la cabeza, como un baho de eucaliptus.
Álvaro Pombo, El cielo raso.


Por el cielo cruzo los Alpes como un pájaro, a través de un tiempo distinto por reducido, que me lleva a otro lugar sólo contemplado en los cuentos. Y pensé “mi abuela no se lo creería”, ella que sólo viajó de un pueblo a otro.
Mi mirada se extraña de que el paisaje de abajo sea real. Como en un sueño de niña, ya en tierra firme, recorro los valles, un funicular me sube a las montañas, blancas en su cúspide por la piedra caliza, alguna con nieve aún en sus cumbres. Y abajo el agua del deshielo, el verde, las casas, las flores. Todo perfecto.


Luego vendrían los castillos, los palacios, esa cara y cruz religiosa e imperial de espalda al pueblo. Carrozas cargadas de dorados, una pequeña muestra de lo que guardan, que en los cuadros contrastan con los jarambeles de los pobres que miran embelesados.
Hablo de Austria, pocos mendigos en sus calles, sólo vi uno en Viena, y esas colas de inmigrantes a las puertas. Sólo flores y más flores, lagos, cascadas, castillos, palacios, pero faltos de abrazos.


Ai Weiwei translocación - transformación "Todo es arte. Todo es política", dice Ai Weiwei (nacido en 1957), uno de los artistas contemporáneos más famosos del mundo. Un millar de chalecos salvavidas de refugiados sirios, que forman 201 flores de loto, flotan en el estanque del Palacio Belvedere de Viena. Aquí, como en otros lugares, intenta remover las conciencias con esta instalación artística. 
Al fondo la calle de las Embajadas.